Sex Education

Una serie para aprender 





Otis, un chico virgen y socialmente torpe, crea junto a una compañera una clínica de terapia sexual clandestina en el instituto después de que su vida familiar salga a la luz en la escuela: su madre es una famosa terapeuta sexual”.

Y, sí, la premisa de la serie es esa, pero simplemente es un punto de partida. Lo que ocurre a partir de entonces es una sorpresa tras otra; todas maravillosas, pero algunas muy dolorosas. Sex Education es una dramedia, y su tono principal es el cómico, sobre todo al plantear las escenas sexuales (hay muchas, tenedlo en cuenta al darle al play en el transporte público), las de terapia, o la mayoría de las interacciones de Jean, el personaje de Gillian Anderson, pero cuando le abre la puerta al drama nunca lo hace a medias tintas.

Sex Education encuentra espacio para hablar con mucha sensibilidad de temas como el aborto, de violencia por orientación sexual o expresión de género, de homofobia internalizada, de la presión por la excelencia y de abandono familiar, pero es principalmente una serie optimista que trata con sumo cariño a sus personajes. Hay algunos hogares conflictivos, pero las que destacan son las representaciones de amor y aceptación.


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